lunes, 30 de enero de 2017

La Liturgia de las Horas

Es el conjunto de oraciones oficiales de la Iglesia Católica fuera de la Eucaristía, articuladas en torno a las Horas Canónicas:

  • Oración de la mañana, al levantarse: Laudes.
  • Oración hacia las nueve de la mañana: Hora Tercia.
  • Oración del mediodía: Hora Sexta.
  • Oración hacia las tres de la tarde: Hora Nona.
  • Oración al finalizar las tareas, de las seis a las ocho de la tarde: Vísperas
  • Una oración, que actualmente puede ubicarse en cualquier momento de la jornada: Oficio de lectura.
  • Y, finalmente, una oración inmediatamente antes del reposo nocturno: Completas.
Esta oración está encomendada con mandato específico fundamentalmente a Sacerdotes y religiosos de todo tipo. Son observadas con especial atención y cuidado por las comunidades monásticas. Sin embargo, al ser la oración oficial de la Iglesia, es una oración propia de todo bautizado, osea,  también de los Laicos, Por lo que la constitución conciliar sobre la Sagrada Liturgia (Sacrosanctum Concilium) expresa: “Se recomienda a los laicos que recen el Oficio Divino o con los sacerdotes o reunidos entre sí e incluso en particular”(n. 100).
Con el rezo de la Liturgia se Santifica el Día



  • El contenido de las Oraciones

    Consta de:
     
  • Un himno inicial que –poéticamente- nos ubica en el momento propio en que se hace la plegaria.
     
  • Tres salmos.
     
  • Una lectura bíblica: extensa en el “Oficio de Lecturas”, menos extensa en las restantes horas.
     
  • Oración de intenciones en Laudes y Vísperas.
     
  • Oración conclusiva.


 Para mayor información te recomiendo este video para que lo disfrutes y aprendas que es rezar como una sola Familia:



sábado, 14 de enero de 2017

Sacrosanctum concilium

 RESUMEN 
vista aérea del vaticano, donde se celebró dicho concilio
El Concilio Vaticano II no fue ajeno a este tema tan importante y trascendental de la liturgia. En ese encuentro estelar de la Iglesia del siglo XX, estaban presentes alrededor de unos dos mil obispos y otros observadores.
El documento sobre la liturgia fue el primer documento aprobado por los padres del Concilio, es decir, por los obispos. ¡Fue el primer fruto del Concilio! Obtuvo 2147 votos favorables, cuatro en contra y uno nulo. Fue en 1963. Y entró en vigor en 1964.


Sacrosanctum Concilium

Hagamos un resumen de este documento conciliar llamado Sacrosanctum Concilium, sobre la Sagrada Liturgia.

Introducción: Donde se valora el primado indiscutible de la liturgia y la función de la liturgia: guiar al Pueblo de Dios en su peregrinar por la tierra (n. 1-4)

Capítulo 1°: Naturaleza e importancia de la liturgia (n. 5-46)
  • La liturgia actualiza, realiza la redención de Cristo aquí y ahora.
  • Es meta a la que tiende la acción de la Iglesia y la fuente de donde le viene su fuerza y vitalidad.
  • Pero la liturgia no agota la acción de la Iglesia, ni toda la vida espiritual. Hay que añadir la oración particular, la mortificación personal y los ejercicios piadosos (rosario, vía crucis, devociones, etc.).
  • La liturgia exige la participación activa de los fieles. Pero para que se dé esto, hay que educar a todos en la liturgia, enseñar formación litúrgica tanto al clero como a los fieles.


    Capítulo 2°: El misterio eucarístico (47-58)

    Se centra el documento en la eucaristía, que es el culmen de la liturgia, donde se encuentra la mayor riqueza litúrgica. Se pide la participación activa de los fieles en la misa. Para ello, se hizo una buena reforma del ordinario de la misa, simplificando ritos, conservando lo principal, con enriquecimiento de los tesoros de la Biblia, de modo que en un período de tres años se lean al Pueblo las partes mas significativas de la Sagrada Escritura.

    Se añade la homilía y la oración de los fieles. Se puede celebrar en lengua vernácula, es decir, en la lengua de cada pueblo, y no sólo en latín.

    Se habla de la comunión bajo las dos especies y la concelebración.


    Capítulo 3°: Otros sacramentos y los sacramentales (59-82). Hubo reformas en los ritos bautismales y de la confirmación y de los demás sacramentos.


    Capítulo 4°: el Oficio Divino o Liturgia de las Horas (83-101) donde toda la Iglesia a través de sus sacerdotes, extiende durante todo el día su oración de alabanza a Dios y santifican el día. Se recomienda la participación de los laicos en el rezo de la liturgia de las Horas o con los sacerdotes o reunidos entre sí, e incluso en particular.


    Capítulo 5°: El año litúrgico (102-111): Adviento, Navidad, Cuaresma, Pascua, Pentecostés, Tiempo ordinario, fiesta de los santos, fiestas de la Virgen.


    Capítulo 6°: La música sagrada (112-121). La música debe servir no sólo de decoración, sino de expresión de plegaria. Se puede interpretar música popular sagrada, pero sin menospreciar el canto gregoriano ni la polifonía clásica.


    Capítulo 7°: El arte y los objetos sagrados, las imágenes (122-130). El arte que se pone en las iglesias no debe repugnar ni ofender el sentido religioso. El arte sacro está relacionado con la infinita belleza de Dios; por lo tanto, todas las obras de arte en la Iglesia nos deben llevar a Dios.
  • artefactos litúrgicos



    La liturgia es una teofanía, es decir, una manifestación de Dios. Dios en la liturgia se manifiesta continuamente, se hace presente, trayéndonos la salvación y con la salvación, la alegría de la liberación, el gozo del camino y la esperanza de la meta, que es el cielo.

    No se está en la liturgia, sino que celebramos la liturgia, participamos de y en la liturgia. Debemos educarnos en la liturgia para que así gustemos de las ceremonias, apreciemos los sacramentos, entendamos los signos y los ritos, amemos la Palabra de Dios, despertemos la capacidad de admirarnos y sobrecogernos ante el misterio divino que se celebra en cada acto litúrgico.
Haz clic para obtener el documento en pdf:

Los Sacramentos en General



Así como las vitaminas vienen en los alimentos, la Gracia nos la da Dios a través de los sacramentos. Los sacramentos son como los canales por los que Dios nos hace llegar el agua de la gracia que necesitamos para vivir. Dios puede hacer llegar la salvación a los hombres de mil modos, pero los caminos ordinarios son los siete sacramentos que Él instituyó y entregó a la Iglesia. Somos alma invisible y cuerpo visible.

Lo espiritual necesita de lo material; tanto para recibir, como para dar. Por ejemplo, el amor entre madre e hijo es algo espiritual, pero se expresa con la mirada, la caricia, el abrazo y el beso. Igual ocurre con la alegría o la tristeza. Así somos. Dios, en su infinita sabiduría y por su inmenso amor, quiso salvarnos adecuándose a nuestra humana condición. Él pudo habernos salvado de otro modo; pero se adecuó a nuestra psicología. Por esto mismo instituyó los sacramentos. En ellos la gracia invisible nos viene a través de cosas sensibles, que podemos palpar, ver y oír: pan, agua, aceite, o la presencia y las palabras consoladoras del sacerdote que nos escucha los pecados y nos dice: “Yo te perdono”...  Y la Iglesia Católica, da tantísima importancia a los sacramentos.
  1. Los sacramentos son signos sensibles y eficaces de la Gracia, instituidos por Jesucristo para santificar nuestras almas.
  • Signos sensibles: Cuando Jesucristo instituyó cada sacramento no eligió una realidad material cualquiera, sino aquella que ya en el plano natural sirve para un fin similar al que Dios quiere producir sobrenaturalmente. Por ejemplo, el agua está relacionada con la vida, y sirve para limpiar. Por esto escogió el agua para el bautismo, porque en el bautismo recibimos la vida divina y se nos limpia la mancha del pecado original. En la Eucaristía El quiso dársenos como alimento espiritual para nuestra alma, por eso escogió el pan. El elemento material (agua, pan, aceite) se llama “materia del sacramento” y las palabras que aclaran el sentido de lo que el ministro realiza o da se llaman “forma”.

  • Y eficaces. En cada sacramento nos da una gracia distinta y que tiene una eficacia especial (“gracia sacramental”): Uno es el efecto del bautismo (borrar el pecado original, hacernos hijos de Dios y miembros de la Iglesia); otra de la penitencia (devolvernos la gracia o aumentárnosla); otra de la eucaristía (ser alimento espiritual, unirnos a Cristo), otra de la confirmación (darnos la plenitud del Espíritu Santo); otra del matrimonio (capacitar a los esposos para amarse y cumplir su misión); otra la del orden sacerdotal (hacer del ordenado “otro Cristo” y capacitarle para su misión); otra de la unción de los enfermos (asistir al enfermo en el duro paso de la enfermedad y perdonarle los pecados). Dios nos asiste en cada momento importante de la vida con la gracia de un sacramento.

  • Los sacramentos han sido instituidos por Jesucristo. Pertenecen a las cosas esenciales de la fe cristiana (no como el agua bendita, las apariciones o las medallas) y no se puede prescindir de ellos. Ninguno ha sido instituido por la Iglesia, pero están bajo su control. Sólo ella puede establecer normas sobre cómo se han de administrar.
Los sacramentos son 7:

Bautismo:

Confirmación:


Eucaristía y Comunión:


Confesión:


Unción de los enfermos:



Matrimonio:


Orden sacerdotal:


Si quieres saber muchísimo más al respectos de los sacramentos te recomiendo que veas este vídeo del padre Alberto Lineros que te ayudará mucho... 


jueves, 12 de enero de 2017

caracteristicas y sentido de la liturgia

Cuando uno escucha por ahí: “¡Qué aburrida es esta ceremonia, o esta misa o este bautismo..!”, es porque no se entiende lo que ahí se está realizando y viviendo y saboreando. Por eso es bueno que ahora veamos las características de la liturgia, para que cada día podamos gustar un poco más de la riqueza de la misma.


los obispos son los padres de esta gran familia


 La Liturgia es eclesial: las acciones litúrgicas, dice el Vaticano II “no son acciones privadas, sino celebraciones de la Iglesia”. Es la Iglesia la que celebra cada liturgia. Y cada uno de nosotros, que formamos la Iglesia, recibe ese influjo divino, esa gracia que necesita según la diversidad de órdenes, funciones y participación actual dentro de la Iglesia. Todas las gracias, y la salvación de Cristo nos vienen en la Iglesia, desde el día del bautismo. Aún sin estar insertos en la Iglesia, la gracia de Dios y la salvación de Cristo llega a todos los hombres, pero siempre a través de la mediación –misteriosa pero real- de la Iglesia.

        El sacrificio de Cristo es el centro de la Eucaristía     


                            
     Somos ya miembros de la Iglesia, por el bautismo, pero nos hemos alejado de ella por el pecado mortal, tampoco participamos de esas gracias de salvación, hasta que nos confesemos y recobremos la gracia de Dios, y de esta manera estar en disposición de recibir esos dones de Cristo.

    Por eso, antes de recibir cualquier sacramento (comunión, matrimonio, confirmación, orden, etc) debemos ver si estamos en gracia de Dios y en comunión con la Iglesia. Si no estamos en gracia, debemos acudir humildemente al sacramento de la confesión, donde se nos perdonan los pecados cometidos.


  • La hermosura es una característica de la Liturgia de la Iglesia 


    También hay que tomar en cuenta que en toda la liturgia el papel principal lo realiza el Espíritu santo:
     
  • Es el Espíritu Santo el que santifica el agua en el bautismo, para que Cristo nos limpie del pecado y nos regenere e infunda la nueva vida, es decir, la vida divina y trinitaria.
  • El Espíritu santo es el dador de vida
Es el Espíritu Santo el que hace el milagro en la eucaristía mediante la conversión del pan en el Cuerpo de Cristo, y el vino en la Sangre de Cristo, para que sean nuestro alimento espiritual y fortalecernos en el camino y entrar en una comunión con Él íntima y profunda en el alma.
 
  • Es el Espíritu Santo en la confirmación el que completa la primera unción del bautismo con su sello y da la fuerza para ser testigos y apóstoles de Cristo en este mundo
     
  • Es el Espíritu Santo el que ilumina nuestra mente para que descubramos nuestros pecados en la confesión, y es el Espíritu Santo, junto con el Padre y Cristo, quien nos perdona los pecados.
     
  • Es el Espíritu Santo el que en la unción de enfermos se hace consuelo, fuerza, alivio, y brisa que conforta a quien esta enfermo.
     
Es el Espíritu Santo el que baja al alma de ese hombre en el orden sagrado y lo sella, con carácter imborrable, haciéndole sacerdote, configurándole con Cristo, haciéndole otro Cristo, para que lo represente sacramentalmente. Y será el Espíritu Santo el que poco a poco infundirá en ese hombre el espíritu de santidad.


Además, hay tres aspectos que no se deben olvidar:

  • El Espíritu Santo actúa Conscientemente. 
  • Actúa activamente, nadie es espectador, todos participan. 
  • Su presencia produce muchos frutos, de santidad

 

Ojalá que así podamos gustar mejor la liturgia. Nada se iguala a la liturgia. Es lo más excelso que tenemos en la Iglesia. En esta liturgia terrena ya pregustamos y tomamos parte en aquella liturgia celestial que se celebra en la ciudad santa de Jerusalén – el cielo - hacia la cual nos dirigimos como peregrinos hasta el encuentro definitivo y cara a cara con Dios.